Descubre las 4 principales diferencias entre cuenta corriente y cuenta de ahorro
Descubre las 4 principales diferencias entre cuenta corriente y cuenta de ahorro
Las cuentas bancarias son elementos fundamentales en la vida financiera de las personas. Dos de las opciones más comunes son la cuenta corriente y la cuenta de ahorro. Ambas ofrecen beneficios y características específicas que se adaptan a diferentes necesidades financieras. De hecho, conocer esta información te permitirá tomar decisiones financieras más informadas, como el crédito online.
Entonces, ¿te gustaría saber qué diferencia hay entre cuenta corriente y cuenta de ahorro? En este artículo te explicamos más acerca de estas cuentas, de modo que puedas escoger la que más se adapte a tus necesidades financieras. ¡Comencemos!
¿Qué es una cuenta corriente?
Una cuenta corriente es una cuenta de depósito que te permite guardar tu dinero en un lugar seguro y, al mismo tiempo, pagar fácilmente tus gastos diarios. Puedes utilizar una cuenta corriente para pagar facturas o comprar alimentos. Las cuentas corrientes también pueden utilizarse para:
- Recibir o enviar dinero en efectivo a través de una plataforma de pago.
- Ingresar tu nómina.
- Establecer pagos automáticos para tus facturas.
- Emitir cheques.
Normalmente, tendrás una tarjeta de débito asociada a tu cuenta corriente. Así, cuando pases la tarjeta para hacer una compra o utilizar un cajero automático, los fondos procederán de tu cuenta corriente.
¿Qué es una cuenta de ahorro?
Una cuenta de ahorro es el lugar donde guardas dinero para objetivos futuros. Los ahorros son menos líquidos, y es donde guardas el dinero durante periodos de tiempo más prolongados. Incluso puedes utilizar tu cuenta de ahorro como fondo de emergencia.
Existen distintos tipos de cuentas de ahorro, como las cuentas de ahorro tradicionales y las cuentas de ahorro de alto rendimiento. Esta última suele ofrecer un tipo de interés más alto que puede ayudarte a aumentar tus ahorros más rápidamente.
Diferencias entre cuentas corrientes y cuentas de ahorro
La principal diferencia entre las cuentas corrientes y las de ahorro es que las primeras sirven principalmente para disponer del dinero en el día a día, mientras que las segundas sirven sobre todo para ahorrar. En este apartado, te presentamos las principales diferencias entre ambas cuentas para que puedas escoger la que mejor te convenga.
1. Comisiones de las cuentas
Cuando un particular abre una cuenta corriente, el banco le exigirá que cumpla un determinado criterio. Por ejemplo, puede que tengan que mantener una cantidad específica de dinero en la cuenta. Esta cantidad es lo que se conoce como requisito de saldo mínimo.
Algunos bancos exigen a sus clientes que realicen un número mínimo de transacciones al mes. Si el titular de la cuenta corriente no cumple las normas establecidas, es probable que incurra en una comisión mensual de mantenimiento.
Además, hay otras comisiones que el banco u otra entidad financiera puede imponer al titular de una cuenta corriente. Entre ellas están las comisiones de cajero automático, las comisiones por protección contra sobregiros, las comisiones por descubierto y las comisiones por acceso en línea. El importe exacto de las comisiones varía de un banco a otro.
En cambio, una cuenta de ahorro no suele tener comisiones. El único requisito para este tipo de cuenta suele ser que el usuario no supere su límite de reintegro. Sin embargo, hay algunos bancos que imponen un requisito de saldo mínimo como el de las cuentas corrientes.
2. Tipos de interés
En la mayoría de los bancos y cooperativas de crédito, las cuentas corrientes devengan poco o ningún interés. Por el contrario, una cuenta de ahorro devenga intereses. Sin embargo, el interés difiere de un banco a otro.
Para determinar el tipo aplicable, los bancos tienen en cuenta dos aspectos principales: el tipo de cuenta de ahorro que mantiene un particular y la suma de dinero depositada en la cuenta. El tipo de interés de una cuenta corriente es siempre inferior al de una cuenta de ahorro. Los bancos en línea suelen ofrecer cuentas con intereses más altos que los bancos tradicionales.
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3. Pago de facturas
Cuando uno abre una cuenta corriente, tendrá acceso a realizar una serie de transacciones. Por ejemplo, el titular de la cuenta puede crear una función de pago automático de facturas para pagos periódicos, como facturas de luz y agua. También puede utilizar la cuenta para realizar pagos puntuales.
En cambio, una cuenta de ahorro no permite este tipo de operaciones. Por lo tanto, si una persona desea realizar este tipo de transacciones con el dinero de una cuenta de ahorros, primero debe transferir dinero de su cuenta de ahorros a su cuenta corriente.
4. Limitaciones
Con una cuenta corriente, uno puede realizar tantas transacciones como quiera. Puede retirar e ingresar dinero infinitas veces. Sin embargo, pueden aplicarse comisiones de servicio a las transacciones que superen un límite mensual determinado. Por el contrario, una cuenta de ahorro está pensada para usos ocasionales.
¡Ahora ya sabes en qué se diferencian las cuentas corrientes de las cuentas de ahorro! Como ves, cada una de estas opciones bancarias tiene sus propias ventajas y se adapta a diferentes objetivos financieros. Al tomar decisiones informadas, estarás mejor preparado para administrar tus finanzas y alcanzar tus metas a largo plazo. ¡Esperamos que esta información te haya sido de ayuda!
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